Estimados esposos, jamás amenaces a tu cónyuge con el divorcio. Si hay una terrible palabra de maldición es esta: Divorcio. No permitas que en el calor de una diferencia se pronuncie. Debemos bendecirnos mutuamente con palabras y acciones, pero de la misma forma con palabras, acciones y actitudes podemos maldecir nuestro matrimonio y nuestra familia. Cuando sientas la tentación de explotar y decir cosas hirientes, crìticas improductivas que debieras callar, haz lo siguiente: respira hondo, espera unos diez segundos y piensa antes de hablar. Alguien dijo que cuando dos personas comienzan a gritar es porque sus corazones se estan alejando. Si la persona esta muy cerca, por lógica no habría necesidad de gritar tan fuerte. No dejen que sus corazones se alejen; por el contrario, acérquenlos aun en los momentos difíciles invitando a hablar en calma, con cordura y respeto. Cuando no refrenamos el impulso de hablar o gritar lo mas seguro es que diremos palabras tan filosas como un cuchillo.. Las dirás en cuestión de segundos, pero quien las oye podrá seguir sintiendo su efecto tres meses más tarde. ¿Alguna vez tocaste una estufa o una olla caliente y retiraste la mano enseguida? Solo fueron segundos que sentiste el fuerte calor y quemadura, pero semanas más tarde todavía arde la quemadura. Ademas la Biblia nos dice "Airaos pero no pequeis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo" El enojo es una reacción natural del ser humano, pero es posible refrenarla.
Intenta crear una atmósfera llena de alegría, diversión y risas en tu hogar. Todos pasamos por momentos de tensión. Todos sentimos la presión. Todos tenemos desacuerdos pero no debemos permitir que perduren. El matrimonio ha de fundar un hogar con atmósfera agradable. Donde los ángeles gocen de pasar tiempo entre nosotros. Recuerda, no maldigas con tus palabras y acciones a tu matrimonio.
Benjamin Carballo Castillo
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