TODOS estamos familiarizados con aquel dicho que dice: Ver para creer. Pero en el lenguaje de Dios es todo lo contrario, por lo cual el dicho diría: Creer para ver. Por eso, como en el cielo todo el mundo vera bien, no será necesaria la fe. Pero aquí, es imposible agradar a Dios sin este elemento tan importante. El apóstol presenta varios ejemplos de los ilustres personajes que tuvieron verdadera. Fe.
Abel, el justo; Enoc, el que fue trasladado al cuelo sin ver la muerte; Noé, varón perfecto en su tiempo; Abraham, el padre de la fe; Isaac, el pacificador; Jacob, el vencedor de Dios y de los hombres, Sara, la princesa feliz; la rama fructífera; Moisés, el gran conductor de pueblos; Rahab, la ramera convertida; y muchos otros, que agradaron a Dios porque tuvieron fe.
¿Por qué es imposible agradar a Dios sin fe? Un ejemplo de esto son Abel y Enoc; Abel fue justo y Enoc caminó con Dios. Sin fe no habrían podido dar semejante testimonio. Lo mismo debemos hacer nosotros. No tanto esforzamos por ser justos y caminar con Dios, como hicieron estos héroes, sino viviendo por fe, como ellos vivieron, para poder agradar a Dios como ellos lo hicieron.
También la creencia en la existencia de Dios es producto de la fe. Solo por la fe puede vivir el cristiano sirviendo a un Dios a quien no puede ver. Sin fe es imposible servir a Dios. Pero el cristiano que tiene fe no solo cree en la existencia de Dios; sino que para él es más real que si lo hubiera visto. Por eso dice San Pablo: Porque por fe andamos, no por vista. (2 Corintios 5.7) la vista es un estorbo para el cristiano. La fe es más segura para andar con Dios, como lo hicieron todos los héroes de la fe.
También es importante creer en el galardón que Dios tiene preparado para sus hijos fieles. Los hombres de fe tiene la mirada puesta en el galardón, como Moisés (Hebreos 11:26). El mayor galardón que los héroes de la fe (nosotros entre ellos) recibirán es que verán su rostro y su nombre estará en sus frentes. (Apocalipsis 22:4)
La fe es una de las cosas que mas agradan a Dios. Y, por supuesto, los hombres y las mujeres de fe son sus favoritos. La fe es algo que tenemos el privilegio de poner en práctica aquí y ahora. Decide hoy vivir por la fe para agradar a Dios.
Abel, el justo; Enoc, el que fue trasladado al cuelo sin ver la muerte; Noé, varón perfecto en su tiempo; Abraham, el padre de la fe; Isaac, el pacificador; Jacob, el vencedor de Dios y de los hombres, Sara, la princesa feliz; la rama fructífera; Moisés, el gran conductor de pueblos; Rahab, la ramera convertida; y muchos otros, que agradaron a Dios porque tuvieron fe.
¿Por qué es imposible agradar a Dios sin fe? Un ejemplo de esto son Abel y Enoc; Abel fue justo y Enoc caminó con Dios. Sin fe no habrían podido dar semejante testimonio. Lo mismo debemos hacer nosotros. No tanto esforzamos por ser justos y caminar con Dios, como hicieron estos héroes, sino viviendo por fe, como ellos vivieron, para poder agradar a Dios como ellos lo hicieron.
También la creencia en la existencia de Dios es producto de la fe. Solo por la fe puede vivir el cristiano sirviendo a un Dios a quien no puede ver. Sin fe es imposible servir a Dios. Pero el cristiano que tiene fe no solo cree en la existencia de Dios; sino que para él es más real que si lo hubiera visto. Por eso dice San Pablo: Porque por fe andamos, no por vista. (2 Corintios 5.7) la vista es un estorbo para el cristiano. La fe es más segura para andar con Dios, como lo hicieron todos los héroes de la fe.
También es importante creer en el galardón que Dios tiene preparado para sus hijos fieles. Los hombres de fe tiene la mirada puesta en el galardón, como Moisés (Hebreos 11:26). El mayor galardón que los héroes de la fe (nosotros entre ellos) recibirán es que verán su rostro y su nombre estará en sus frentes. (Apocalipsis 22:4)
La fe es una de las cosas que mas agradan a Dios. Y, por supuesto, los hombres y las mujeres de fe son sus favoritos. La fe es algo que tenemos el privilegio de poner en práctica aquí y ahora. Decide hoy vivir por la fe para agradar a Dios.
MEDITACIONES MATINALES
Juan O. Perla
Juan O. Perla
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