Ahora analizaremos el fruto del Espíritu que es PAZ.- Pero primero quiero hacerte dos preguntas, imagina que en tres minutos tendrás la oportunidad de ver a Dios, estarás frente a frente con él, te mirará fijamente.
1.-¿Te sentirías cómodo ante su presencia?
2.-¿Podrías mirarlo a los ojos con la mente y el alma tranquila?
Si respondes que si, estarás dando un paso hacia el fruto del Espíritu que es PAZ.
1.-¿Te sentirías cómodo ante su presencia?
2.-¿Podrías mirarlo a los ojos con la mente y el alma tranquila?
Si respondes que si, estarás dando un paso hacia el fruto del Espíritu que es PAZ.
Vivimos en un mundo que se encuentra en constante rebelión con Dios, Satanás se ha encargado a través del pecado de separarnos tanto de Dios que nos sentimos vacíos, solos e intranquilos, sin embargo las Sagradas Escrituras nos dice en Colosenses 1:21,22 “Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él”. La muerte de Cristo ha hecho la diferencia, nos ha reconciliado con él aun siendo nosotros los ofensores, por lo tanto no intentes por tu propia cuenta encontrar algo que te llene, que tranquilice tu corazón, lo que tu necesitas para sentir paz es dejar de luchar con tus propias e insuficientes fuerzas.
Esto me hace recordar la historia que se registra en Sn Mateo 8:23-27, cuando los discipulos de Jesús estando en la barca frente a una gran tempestad que los asotaba, los mojaba y los estremecía; luchaban con todas sus fuerzas para evitar que su barca se hundiera, imagino que fueron eternos los minutos que pasaban mientras intentaban mantenerse vivos, hasta que recordaron que alguien dormía placidamente: su maestro Jesús.
Así que en su desesperación y como muchos de nosotros como su última esperanza miraron a Jesús y le gritaron ¡Señor, sálvanos que perecemos! y la respuesta de Jesús debe de fortalecer y llenar de esperanza y tranquilidad nuestros corazones; él respondió: "¿Porqué temeis.....hombres de poca fé?.
¿Porqué temes tu querido amigo? ¿te das cuenta de la magnitud de la pregunta de Jesús? Si lo convertimos en afirmación el estaba diciendo: "Si yo estoy aqui no tienes nada que temer". Es por eso que el podía dormir con tanta tranquilidad en la barca mientras los discipulos con sus insuficientes esfuerzos intentaban mantenerse a flote, Jesús estaba tan confiado en su Padre que estaba plenamente seguro de su protección y él queria transmitir a sus discipulos esa paz, esa paz que solo da la confianza plena en el amor y protección de nuestro Padre Eterno.
Nada en el mundo te puede brindar la PAZ plena que viene de confiar y poner tus fuerzas en las poderosas y omnipotentes manos del Creador y sustentador del universo.
Recuerda la afirmación: "Si yo estoy aqui no tienes nada de que temer"
K.H.O.G
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