Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandara; y al que mucho se le haya confiado, mas se le pedirá. Lucas 12:48.
Niccolo Paganini es reconocido mundialmente como uno de los mayores violinistas de todos los tiempos. Fue un niño prodigio, y presento su primer concierto a la edad de once años. Aunque también tocaba la viola y la guitarra, se le recuerda fundamentalmente por sus importantísimas aportaciones a la interpretación violinista europea, a la que transformo para siempre. Paganini ejerció una notable influencia sobre otos músicos posteriores importantes, como, por ejemplo, Johanes Brahams y Sergéi Rajmáninov.
Cuando Paganini murió en 1980, legó un valiosísimo y precioso violín, un Guarnieri, a su ciudad natal, Génova. Curiosamente, el magnifico legado iba acompañado de una condición difícil de entender. Paganini no quería que ningún otro intérprete lo volviera a tocar. Los responsables del gobierno municipal aceptaron la condición impuesta por el virtuoso, y, en consecuencia, pusieron el instrumento en un estuche y colocaron el estuche en una vitrina, en la que es observado por miles de visitantes.
Los instrumentos de manera tienen una particularidad. Cuando mas tiempo son tocados, mejor suenan, y no se percibe el paso del tiempo por ellos; es como si no los tocase nadie.
Sorprendentemente, cuando se dejan de usar, su estado decae poco a poco. Precisamente eso es lo que le ocurrió al violín de Paganini. Otros violines del mismo violero continuaron siendo usados por otros virtuosos de generación en generación como una bendición para el mundo, pero el violín de Paganini es hoy una reliquia de lo que pudo haber sido. Esto encierra una gran lección que no debe olvidarse.
El apóstol Pablo escribió a Timoteo, su hijo espiritual, las siguientes palabras: *No descuides el don que esta en ti* (1 Timoteo 4; 14). El éxito es dinámico. Conlleva crecimiento y desarrollo, el logro de una cosa y el uso de ese logro es un peldaño que ayuda a alcanzar el próximo. No hay un lugar lugar donde detenerse. Lo que no se alimenta decae y finalmente muere. Cuando usamos permanentemente nuestro don, producirá cosas que no solamente nos llenaran de gozo y felicidad sino que además traerán felicidad a los demás.
Piensa hoy en los dones que Dios te ha dado. Todos hemos recibido, como mínimo, un don. Úsalo para el adelanto de la causa del Maestro y para bendición de la humanidad.
Siempre gozosos. Experimentando el amor de Dios
MEDITACIONES MATINALESJuan O. Perla
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