19 agosto 2012
“NO DEJÓ PASAR LA OPORTUNIDAD”
¡Todo es posible para el que cree! (Marcos 9: 23).
Esta es la historia de un personaje por el que nadie en el pueblo habría apostado un dólar en el concurso “En busca un triunfador”.
Era ciego y pobre. Pero nadie sabía lo que Bartimeo era capaz de hacer bajo “ciertas” circunstancias. Y esas circunstancias se presentaron un día que Jesús pasó por el pueblo.

-¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
Al instante, la gente le pidió que se callara. Sus gritos molestaban e impedían que la gente escuchara las enseñanzas de Jesús. Pero Bartimeo no se callaba. Al contrario, “gritaba más todavía” (Mar. 10: 48).
Finalmente Jesús se detuvo y lo mandó a llamar. Cuando le avisaron a Bartimeo que Jesús lo estaba llamando, arrojó su capa y se paró de un salto. Y cuando el Señor le preguntó qué podía hacer por él, Bartimeo ya tenía lista su respuesta: “Quiero recobrar la vista” Y ocurrió el milagro: “Por tu fe –le dijo Jesús- has sido sanado” (vers. 52).
Si algo está claro en este relato es que Bartimeo no se dejaba vencer por sus limitaciones. No podía ver, pero podía oír y gritar. La gente le mandó que se callara, pero él gritó más fuerte. Cuando Jesús le mandó llamar, de un salto se puso de pie. Había llegado su momento, ¡y el no lo dejaría pasar!

¡Todo es posible para el que cree!
SEÑOR, AYÚDAME A CREER QUE, A PESAR DE MIS LIMITACIONES, CON TU AYUDA PUEDO SUPERAR CUALQUIER OBSTÁCULO QUE SE ATRAVIESE EN MI CAMINO.
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