Por Juan Carlos Romero Orega Los juegos olímpicos estan rodeados de símbolos desde que Pierre de Coubertin retomó la idea de celebrarlos en 1896. Estos símbolos tienen funciones específicas. Los primeros fueron los anillos o aros olímpicos, representados por los colores azul, negro, rojo, amarillo, verde, entrelazados de izquierda a derecha. Representan la unión de los cinco continentes y el encuentro de los deportistas del mundo.
La bandera olimpica consta de un fondo blanco sin orla y de los aros olímpicos en el centro. El tercer símbolo es el himno, cuya partitura está depositada en el Comité Olímpico Internacional (COI) desde 1958.
El símbolo que más atrae el interés mundial es la llama olímpica, la cual se enciende en Olimpia, Grecia, desde donde se traslada hasta la sede olímpica por medio de la antorcha olímpica. El año pasado el encendido de la antorcha destacó por el clima político y las numerosas protestas contra China por la falta d ederechos humanos en el país, y sus acciones contra el Tíbet.
Los símbolos anteriores se repiten cada cuatro años pero se les añade los propios de las ciudades anfitrionas como el logotipo de la sede olímpica y los de las olimpiadas de Munich (1972), la mascota. El logotipo y la mascota están considerados como emblemas olímpicos y representan los ideales del espíritu olímpico. La mascota es insignia d elos juegos su creación responde a las exigencias y condiciones de la comunicación visual d ela sociedad contemporánea. Obligando a las instituciones y orgnizaciones de grandes eventos deportivos a producir su propia simbología.
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