La necesidad y el vació que existe en el corazón humano nos llevará tarde o temprano hacia los brazos de nuestro amado: Cristo Jesús donde nuestra alma descansa y encuentra paz y seguridad en nuestro camino por este mundo.
Es a través del suave llamado del Espíritu Santo que encontramos el camino hacia nuestro Salvador, y es el quien por medio de su Santa y Verdadera Palabra nos hace dirigirnos a la iglesia correcta, en donde podremos hallar al Rey del universo, podremos alabar su nombre y prepararnos para enfrentar cualquier adversidad que el enemigo prepare.
Sin embargo mi hermano que lees estas palabras, quiero que sepas algo muy importante; la iglesia del Señor es comparada con un hospital, en donde llegan enfermos de todo tipo con el deseo de sanar de las terribles enfermedades causadas por el pecado, o simplemente enfermos que solo desean una medicina que remedie un momento su enfermedad y al sentirse mejor abandonan el hospital de Cristo.
Existen personas que llegan a la iglesia y piensan que encontrarán en ella solamente personas amables, cariñosas, atentas; ó van en busca de un lugar en donde encontrar amigos y fomentar relaciones sociales estrechas. Pero se dan cuenta de que también existen personas egoístas, hipócritas, que reflejan un carácter diferente al de su maestro; y eso es suficiente para crear desánimo y tristeza en su corazón, lo que finalmente consiguen alejarlo de la casa y la presencia del Señor.
El Señor en su palabra nos dijo que el trigo y la cizaña crecerían juntos (Mateo 13:24-30), mi apreciado hermano(a), mi apreciado amigo(a) cuando hayas encontrado el lugar en donde se enseña la verdad de la Palabra de Dios, no mires a las personas que están a tu alrededor, mira a Cristo quien es tu verdadero Salvador; el día que tu corazón se desanime por alguna palabra, por alguna ofensa, por algún gesto de parte de un ser humano, entonces deberás tener cuidado porque habrás dejado de mirar a Jesús.
Cuando Dios anunció que vendría un diluvio a la tierra, Noe, el único hombre fiel en la tierra se preparó y obedeció la voz de Dios en todo cuanto le habló, de tal forma que el arca fue llena de animales de todas las razas y familias, de alimento para todos ellos y finalmente Noe y su familia entraron al arca. Pero yo quiero que vayamos un poco mas, piensa en lo que pasaba dentro de aquel gran barco durante los 40 días y 40 noches que duró el diluvio, imaginate el ruido que había ahí por todos los animales que se encontraban y sin embargo era el único lugar en donde podían estar a salvo, piensa en el olor de los excrementos de todos los animales y los 8 humanos que se encontraban ahí y sin embargo era el único lugar en donde podían estar a salvo, piensa en las riñas que quizá pudieron tener algunos animales por su instinto de conservación, y sin embargo era el único lugar en donde podían estar a salvo. Quienes no entraron en ese barco perecieron ahogados y sufrieron la agonía mas terrible al quedarse poco a poco sin oxigeno y al llenarse sus pulmones de agua hasta no quedar aliento de vida.
La iglesia es el arca de nuestro tiempo, y es imperfecta porque esta llena de enfermos de pecado, pero aun así es el único lugar en que podemos estar a salvo. Si optas por la “solución” más sencilla seguramente saldrás huyendo de ella, si decides ser salvo estarás firme y convencido de que estás en el lugar adecuado y sabrás también que el diluvio del pecado no durará para siempre, solo un poco de tiempo y veras el arco iris de la salvación y vida eterna que Dios ha prometido.
Que harás tu, ? ¿Desanimarte por un ser humano? ¿Abandonar la casa de Dios por palabras de hombres o mujeres que no se han convertido?
Recuerda algo sumamente importante: El carácter es templado a fuego
Y te dejo con la promesa de tu Maestro
“El que persevera hasta el fin ese será salvo” (Mateo 24:13)
Keila Olivera